Existe el riesgo de que los emisores de inversiones en renta fija (como los bonos) no logren reembolsar el dinero que han pedido prestado ni puedan pagar los intereses. Cuanto peor sea la calidad crediticia del emisor, mayor será el riesgo de impago y, en consecuencia, de pérdida de la inversión.
El Fondo puede invertir más del 35% de sus activos en valores emitidos o garantizados por una entidad soberana permitida, según se define en la sección de definiciones del Folleto informativo del Fondo.
El valor de las inversiones en renta fija (p. ej., bonos) tiende a disminuir cuando hay una subida de las tasas de interés.
Estas inversiones difieren de los depósitos ya que el importe invertido no está garantizado. El valor de las inversiones puede bajar y subir. El Fondo no recibe apoyo externo para ayudar a mantener su valor estable ni garantizar su liquidez, por ejemplo, sus inversiones pueden convertirse fácilmente en efectivo. El riesgo de pérdida lo asume el inversionista.