Los cambios en los valores relativos de las distintas divisas pueden perjudicar el valor de las inversiones y cualquier ingreso relacionado.
Existe el riesgo de que los emisores de inversiones en renta fija (como los bonos) no logren reembolsar el dinero que han pedido prestado ni puedan pagar los intereses. Cuanto peor sea la calidad crediticia del emisor, mayor será el riesgo de impago y, en consecuencia, de pérdida de la inversión.
El uso de derivados puede aumentar el riesgo global al magnificar el efecto tanto de las ganancias como de las pérdidas, lo que provoca grandes cambios en el valor y, potencialmente, grandes pérdidas financieras. Una contraparte a una operación de derivados puede que no cumpla sus obligaciones, lo que también conduciría a una pérdida financiera.
Estos mercados conllevan un riesgo de pérdida financiera más elevado que muchos de los mercados desarrollados debido a que pueden disponer de sistemas legales, políticos, económicos o de otro tipo menos desarrollados.
El valor de las acciones (ej. participaciones) y de las inversiones relacionadas con las acciones puede variar según las ganancias de la sociedad y las perspectivas futuras así como los factores del mercado más generales. En el caso de incumplimiento de una sociedad (ej. quiebra), los propietarios de las acciones clasifican últimos con respecto a cualquier pago financiero de dicha sociedad.
El Fondo puede invertir más del 35% de sus activos en valores emitidos o garantizados por una entidad soberana permitida, según se define en la sección de definiciones del Folleto informativo del Fondo.
El valor de las inversiones en renta fija (p. ej., bonos) tiende a disminuir cuando hay una subida de las tasas de interés.