La cartera invierte en un número relativamente pequeño de tenencias individuales. Esto puede dar lugar a que el valor fluctúe más ampliamente que en las carteras que efectúen una inversión más general.
Los cambios en los valores relativos de las distintas divisas pueden perjudicar el valor de las inversiones y cualquier ingreso relacionado.
No se espera que el uso de derivados aumente el nivel de riesgo general. Sin embargo, el uso de derivados aún puede conducir a grandes cambios en el valor e incluir el potencial para grandes pérdidas financieras. Una contraparte a una operación de derivados puede que no cumpla sus obligaciones, lo que también conduciría a una pérdida financiera.
Estos mercados conllevan un riesgo de pérdida financiera más elevado que muchos de los mercados desarrollados debido a que pueden disponer de sistemas legales, políticos, económicos o de otro tipo menos desarrollados.
El valor de las acciones (ej. participaciones) y de las inversiones relacionadas con las acciones puede variar según las ganancias de la sociedad y las perspectivas futuras así como los factores del mercado más generales. En el caso de incumplimiento de una sociedad (ej. quiebra), los propietarios de las acciones clasifican últimos con respecto a cualquier pago financiero de dicha sociedad.
Las carteras sostenibles o de impacto, así como otras carteras que se centran en el tema de la sostenibilidad, tienen en cuenta una serie de factores específicos vinculados a sus estrategias a la hora de valorar y seleccionar las inversiones. Por tanto, excluirán aquellos sectores y sociedades que no cumplan sus criterios. Como consecuencia, puede haber diferencias sustanciales entre dichas carteras y los índices de referencia o los universos de inversión más amplios. Por ello, la rentabilidad de inversión podría ser relativa y desviarse de la rentabilidad del mercado más amplio.